domingo, 20 de diciembre de 2009

Top 20 del año, según yo, Diego


20. Flight Of The Conchords – I Told You I Was Freaky

Tal parece que este no fue el año de Flight Of The Conchords. Su disco recibió críticas muy diversas y hace poco anunciaron que no sacarán otra temporada de su serie en HBO (el día que lo supe por poco colapso en llanto). I Told You I Was Freaky regresa con más experimentación en géneros, pero regalándonos lo que amamos de FOTC: el más absurdo sentido del humor. De esta manera, nos encontramos con las aventuras de Brett y Jermaine enamorándose de la misma chica al mismo tiempo (“We’re Both In Love With A Sexy Lady”), fracasando en ligar en el antro (“Too Many Dicks (On The Dance Floor)”), cuestionando el sentido de la amistad (“Friends”), hablando de ex novias (“Carol Brown”) o demostrándonos que los raperos también tienen sentimientos (la genial “Hurt Feelings”). Recomendación para mayor disfrute: vean los videoclips en youtube.

19. Julian Plenti – Julian Plenti is… Skyscraper

Desde mi perspectiva, el disco menos valorado del 2009. Paul Banks se quitó el traje, la corbata y los lentes obscuros de Interpol y en cambio, se puso cómodo con camisas coloridas y unos lentes para leer bien lo que escribe. Desde que empieza “Only If You Run”, hasta los últimos acordes de “H”, podemos ver las entrañas de un trabajo íntimo, bien pensado, ameno y trascendente. Después de Our Love To Admire, podemos escuchar por fin frescura en la voz de Banks. Y gracias por regalarnos una canción como “Unwind”, tan llena de color, alegría e ingenio.

18. Cass McCombs – Catacombs

Conor Oberst se nos perdió en un limbo Sprinsteenesco y ya cayó en la mediocridad de la imitación y casi plagio. Por suerte, llegó nuestro querido Cass McCombs para recordarnos que aún hay artistas jóvenes con amor a la música y, sobre todo, a escribir una buena canción. “Dreams-Come-True-Girl” es una celebración realista y directa a la mujer que te hace feliz, y a partir de ahí nos encontramos con melodías hermosas y todo un deleite para realmente sentarse a escucharlas. “You Saved My Life”, junto con su video, resulta una de las canciones más conmovedoras del año.

17. Atlas Sound – Logos

(password de archivo: irfree.com)

La mente retorcida de Bradford Cox nos regaló otro gran album este año. Logos empieza con “The Light That Failed” y un adelanto de todos los sonidos que rodean al extraño cerebro de su autor: electricidad, goteras rotas, ecos calmantes, guitarras acústicas y una voz que expresa frustración, aburrimiento (del bueno) e introspección. Pero después de eso, nos sorprende con una melodía tan pop como lo es “Walkabout” (una excelente participación con Noah Lennox de Animal Collective/Panda Bear), una balada pegajosa como “Criminals” y una oda a la soledad como “Shelia”. Mientras más desnutrido se vea, mejor música nos regalará. Gracias Bradford Cox.

16. The Lonely Island – Incredibad

Tal vez muchos se molestarán por poner este disco. Pero tal como Andy Samberg y compañía lo comprendieron: a veces es mejor no tomarnos las cosas en serio. Sin duda alguna, el mejor disco de comedia del año. Vulgares (“Jizz In My Pants”), soberbios (“I’m On A Boat”), sarcásticos (“Like A Boss”, “We Like Sportz”). Y con una lista de invitados de envidia que va desde Julian Casablancas hasta Natalie Portman (quien se merece un aplauso por prestarse para hacer “Natalie’s Rap”). Tal como lo mencionan en la última canción que da nombre al disco (genialmente grotesca, por cierto): son los greatest fake MC’s on Earth.

15. Bat For Lashes – Two Suns

Ok, aquí está el disco que deberían tomar como referencia artistas nacionales como Hello Seahorse! o Juan Son para empezar a tomarse en serio las cosas. Bat For Lashes nos regala la música más poderosa del año. Y quise darle este adjetivo porque de verdad, sus canciones son épicas, cada minuto es una aventura, llena de tambores tribales, hermosas armonías, una voz que es capaz de unir a todos los planetas en uno. Two Suns es el disco dream-pop por excelencia de este año, y de siempre.


14. Yeah Yeah Yeahs – It’s Blitz!

El grupo más sucio logró regalarnos uno de los discos de pop más refinados. Increíble pero cierto, It’s Blitz!, nos hizo repetir una y otra vez “Zero”, “Heads Will Roll” y “Dull Life” y mover los pies y la cabeza al ritmo de un beat que forzosamente tuvo que haber sido creado de noche, alrededor de las más feroces bestias. Traen el rave en la sangre y a pesar de eso, aún tuvieron tiempo de calmar un poco las cosas para regalarnos una canción tan conmovedora como “Runaway”. Dudo que Karen O sepa algo del argot mexicano, pero la portada está muy ad-hoc: de verdad el disco es un aplaste de huevo.

13. The Antlers – Hospice

Debo confesar que ya se habló mucho de tantas canciones en el 2009: muchos dicen que la mejor del año es “Two Weeks” de Grizzly Bear, otros que “My Girls” de Animal Collective, y otros que “Stillness Is The Move” de Dirty Projectors. Pero ninguna otra canción repetí tantas veces y me conmovió tanto en concepto, en lírica y melodía como lo fue “Two”. Sin duda alguna, es mi canción preferida del año, y qué mejor manera de escucharla que rodearla de un contexto tan doloroso y hermoso como lo es Hospice. The Antlers llamó la atención por su sinceridad, su dedicación y su cuidadoso proceso de crear un album conceptual. Es el típico ejemplo que de algo tan obscuro y temeroso como lo es la muerte, puede salir algo tan hermoso. Una explosión catártica que es indispensable escuchar cuidadosamente.

12. Julian Casablancas – Phrazes For The Young

A los Julians este año no se les tomó mucho en cuenta en los conteos, así que decidí rendirles honor. Después de haberse divertido un poco con Dark Night Of The Soul y con The Lonely Island, mi consentido Julian Casablancas decide hacerla de solista y nos regala un disco breve, conciso, y tremendamente divertido. Sin duda alguna, su voz es un respiro de alivio y calma para esperar lo nuevo de The Strokes (que quien sabe si llegará), y vaya que nos cayó bien un poco de electro-pop en canciones como “11th Dimension” o “Left & Right In The Dark”. También hubo tiempo para las baladas con “4 Chords Of The Apocalypse” y la influencia setentera de “Tourist”. Siempre es todo un deleite escuchar algo del señor Casablancas, y Phrazes For The Young no fue la excepción.

11. Super Furry Animals – Dark Days/Light Years

Tengo que admitir que vergonzosamente hasta este año comencé a vivir la experiencia Super Furry Animals, y me repasé toda su discografía una y otra vez pues realmente no conocía mucha música de este grupo galés. Déjenme decirles que es una de las armas secretas del viejo mundo, y uno de esos grupos que sabe lo que significa reinvención y madurez. SFA entienden lo que es el rock and roll, entienden lo que significa headbangear y pudieron haber vivido en la invasión británica de los 60s y 70s. El mismísimo Paul McCartney ha demostrado su admiración por este grupo, y eso es bastante decir. Un disco redondo y completo. Triunfal.

10. Friendly Fires – Friendly Fires

No sé qué sintieron con este disco, pero para mí, en cada canción sentía que se estaba creando un himno al baile. Con los Pet Shop Boys y New Order en la sangre, Friendly Fires fue la sorpresa más agradable del año (sí ya sé, se lanzó en el 2008, pero gracias a la tardía recepción del público, se re-lanzó en agosto de este año, así que me vale, lo consideraré como de este año) y uno de los mayores descubrimientos. In your fuckin face Franz Ferdinand, deberías aprender unos cuantos movimientos.

09. Passion Pit – Manners

A este disco lo veo como el equivalente del In Ghost Colours de Cut Copy del año pasado: el disco de electro-pop amigable indispensable. El falsetto de la voz portadora de Passion Pit, nos sorpende, nos conmueve, nos hace bailar, nos hace rompernos la garganta al intentar igualarla pues sus pegajosas canciones no se te quitan de la cabeza en todo el maldito día. “Little Secrets” es contagiosa, una de esas canciones que cuando acaba, la tienes que repetir porque no crees lo que acabas de escuchar. Y “Sleepyhead” es simplemente magistral. Imposible no amarlos.

08. Dirty Projectors – Bitte Orca

Recuerdo con nostalgia la primera vez que escuché Bitte Orca: “¿Qué chingados es esto? Ni siquiera capto el ritmo o la melodía”, pensé. Luego me percaté que ese es precisamente el encanto de este disco. Cuando piensas que la canción está yendo con un rumbo normal, te meten una armonía fuera de lugar, una guitarra que no sabes ni de dónde chingados salió, o un remate en la batería que no debería estar ahí. Y después de otra escuchada, “Ah mira, si lo hubieran hecho de manera normal, hubiera sido un disco mediocre, qué chingón”. Ahora sé lo que sintió mi papá y su generación al escuchar por vez primera al Sgt. Peppers o al Dark Side Of The Moon.

07. Local Natives – Gorilla Manor

Sin duda alguna, los debutantes del año. Un disco muy consentido de mi colección debido a que me cayó completamente de sorpresa. No sé nada de ellos, no sé de dónde salieron, lo único que sé es que cuando le puse play a “Wide Eyes” y escuché los acordes de la desolada guitarra, supe que me encontraba frente a uno de mis discos favoritos del año. Si Fleet Foxes se te hace demasiado rústico y My Morning Jacket demasiado pretensioso, estás frente al disco que estabas buscando, el punto medio entre todo lo que suena hoy en día.

06. The Flaming Lips – Embryonic

Cuando vi en una página de Internet unas cuantas canciones filtradas del nuevo disco de Flaming Lips, decidí no bajarlas, había perdido por completo el interés en ellos. Ya me habían dejado de sorprender y preferí esperar a que saliera el disco completo para emitir un juicio. En seguida salió, lo escuché y no pude objetar nada. Parecía que se trataba de otro grupo completamente, me sorprendieron desde el primer wah wah de “Convinced Of The Hex”. Y es que la fase obscura de Flaming Lips al estilo Zaireeka no es tanto de mi agrado, pero por alguna razón, este disco, a pesar de su densidad y su problemática al escucharlo, no se me hace un disco obscuro. Es un renacimiento para el grupo y una prueba más de que la nueva era nos traerá mucho ruido.


05. The Pains Of Being Pure At Heart – The Pains Of Being Pure At Heart

Para algunos fue shoegaze, para otros fue una especie de garage-dream-pop, pero la verdad es que vale madres. The Pains Of Being Pure At Heart fue una bocanada de aire fresco para los que aún creemos en el rock básico: guitarra, batería, bajo, un fingido acento británico y ¿Por qué no? En estos tiempos un poco de ruido saturado no hace daño. El resultado es uno de los discos más encantadores y adictivos del año y en mucho tiempo. Un disco que te hace sentir joven… O al menos te lo recuerda.

04. Animal Collective – Merriweather Post Pavilion

¿Qué más puedo decir de este disco? Sin duda alguna fue el año de Animal Collective. Con este y su EP Fall Be Kind nos probaron que son grandes, y que pronto se convertirán en una gran leyenda. Cabe mencionar que únicamente por cuestión de gustos no lo puse en el número uno, pero la realidad es que es el disco más importante del año y uno de los más influyentes de la década. La explosión de “In The Flowers” marcó mi vida, “Summertime Clothes” hizo que creyera en el pop, “My Girls” no me la logro sacar de la cabeza, “Guys Eyes” tiene el mejor coro del mundo y “Brothersport” sigue siendo la alarma en mi celular para despertar todos los días. Me da mucho gusto haber vivido en la era de Animal Collective.

03. Girls – Album

Sin duda alguna el mejor arte sale de las mentes más retorcidas. Prueba de ello es el alma perturbada de Christopher Owens y sus Girls, quienes nos regalaron una explosión llena de color, sinceridad, perversión y obscuridad. Desde el GRAN himno a los buenos tiempos “Lust For Life”, pasando por el rockabilly punketo de “Big Bad Mean Mother Fucker” la repetitiva reverberación de “Hellhole Ratrace”, la balada indispensable “Laura” y un poco de shoegaze en “Summertime”, todo forma parte de un gran Album, y cada pieza porta la voz de una nueva generación.

02. Phoenix – Wolfgang Amadeus Phoenix (via FlamingMilk)

Ya, de verdad, ¿A quién no le gusta Phoenix? Es demasiado agradable, amigable y meloso para el oído humano. Es el perfecto (de verdad, cuando digo perfecto, me refiero a que no tiene ninguna falla, y no estoy exagerando) balance entre lo comercial y lo artesanal. Unos verdaderos arquitectos sonoros, que al paso de los años han ido evolucionando poco a poco su inigualable guitarra tan crunchy, y convirtiendo cada una de sus canciones en himnos inmortales para una generación de escuchas que cada vez es más exigente. Ya, de verdad, no hay persona que le haya puesto este disco que le haya disgustado. Es impresionante.

01. Grizzly Bear – Veckatimest

Mi gran favorito del año muy personalmente. Debo admitir que no fue un disco que captó mi atención desde la primera escucha, sobre todo porque su anterior entrega, Yellow House, nunca fue tan de mi agrado. Sin embargo, gracias a las segundas oportunidades, es que pude apreciar esta obra de arte tan peculiar. ¿A qué suena Grizzly Bear? ¿Qué es lo que hizo que no pudiera dejarlos de escuchar? ¿Por qué causó en mi una adicción tan grande al grado de que tan sólo terminaba lo volvía a empezar?

Desde que inicia “Southern Point” sabes que estás ante algo grande. No cualquier banda se aventura a hacer una canción tan impredecible, llena de jazz, folk y rock progresivo, todo en cinco minutos. Con un final inesperado, (¿O esperado?), Grizzly Bear te mantiene al filo de la butaca, hasta que al fin termina de sonar la guitarra acústica y es ahí cuando viene el momento en el que realmente me enamoré de todo Veckatimest. Mi momento favorito del año: el piano de “Two Weeks”. Una canción tan hermosa, tan completa y tan absurdamente ambigua que es imposible sacártela de la cabeza.

De ahí en adelante, todo es geometría musical. Cada canción encaja perfectamente con la siguiente y se puede sentir que realmente se concibió una obra en todo su esplendor y se creó un molde y una estructura sobre dónde trabajar. Todo el disco, sobre todo en el último suspiro, “Foreground”, puedes sentir que te quieren romper el corazón.

Todo se reduce a las guitarras desoladas de “While You Wait For The Others”, porque eso es lo que es Grizzly Bear: brutal, descuidado y maltratado en la superficie, pero hermoso, inspirador y sumamente cuidadoso por adentro.



3 comentarios:

WeEatDesign dijo...

buen top mi buen diego
solo que ya estas suuuuuper onda indie..jajaja
te dejo mi top 2009 a ver que opinas:

http://www.weeatdesign.com/blog/?p=386

sigue con las buenas recomendaciones
sale!

WeEatDesign dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
WeEatDesign dijo...

me acabo de acordar

aca te dejo el video "no oficial" de Two Weeks de los Grizzly Bear, siento que esta mejor que el oficial...un video bonito para una cancion bonita.

http://vimeo.com/5904993

sale!