Autenticidad de sonido: 10/10
Detalle en producción: 10/10
Lírica y concepto: 10/10
Calificación final: 10
Para escuchar: Camino a un partido de Manchester Utd. con una bloody Guinness mate!
Detalle en producción: 10/10
Lírica y concepto: 10/10
Calificación final: 10
Para escuchar: Camino a un partido de Manchester Utd. con una bloody Guinness mate!
Lucero sacaba su éxito "Cuéntame" y los abanicos de Locomía se daban a conocer. Pero aunque nos cueste trabajo creerlo, en 1989 hubo acontecimientos dentro de la cultura pop que son hasta la fecha piedras angulares dentro de la música que escuchamos, tanto en el nuevo como en el viejo mundo. En Estados Unidos se editaban dos discos fundamentales para el movimiento MTV que los noventeros vivimos: En primer lugar, tenemos a Doolittle de Pixies y en segundo, el Bleach de Nirvana. Mientras que los primeros tardaron más de 10 años en rendirles el culto merecido, Nirvana se dedicó a perfeccionar la técnica limpio-distorsión-limpio de Doolittle y sacó a la luz su Nevermind. Lo demás, es historia.
Pero ahora pasamos al otro lado del charco. Ya conocemos la historia: Nirvana tuvo a su Pixies, su musa. Si miramos hacia el movimiento Britpop de los 90s (sí, esa época en la que tenías que decidir qué grupo escuchar, si Oasis o Blur [yo hasta la fecha prefiero Pulp]), podríamos preguntar de dónde carajos salió todo este rollo. La respuesta está aquí, Ian Brown, su pelo de Beatle, sus pantalones bombachos y su arrogancia justificada.
¿Quién chingados es este? ¿Cómo se atreve a decir frases como "I don't have to sell my soul/He's already in me"? ¿Es ese flacucho la resurrección de la invasión británica? ¿Por qué clama tanto que lo adoremos y que nos postremos ante él? Escucha el fade in de "I Wanna Be Adored", la canción abridora de su disco debut y todo quedará resuelto, sus líneas de bajo son posiblemente las más fuertes y abrieron puertas a la década de los 90: Bienvenido seas, Damon Albarn; bienvenidos sean hermanos Gallagher; bienvenido seas Jarvis Cocker; bienvenido seas Brett Anderson.
¿En qué consiste The Stone Roses? La base de todo está en el bajo, como en las verdaderas bandas de rock. El álbum, es una rocola de éxitos, cualquier canción pudo haber sido un #1. Cualquier canción se te queda grabada en la cabeza y cuidado, el tarareo es inevitable. Y ahora vuelven con la versión remasterizada con un sonido impecable. Los amantes de Rock Band ya habíamos tenido una probadita cuando incluyeron en las canciones extras "She Bangs The Drums", pudimos escuchar y simular que tocábamos el memorable riff de ese clásico, y se escuchaba espectacular. Pues ahora puedes escucharlo completito. Puedes subirle el volumen a todo lo que da en "This Is The One" y en famosísimo y sublime jam de "I Am The Resurrection".
La importancia icónica del álbum es remarcable. "Fools Gold" se convirtió en la canción gangsteril por excelencia y "Waterfall" junto con su secuela "Don't Stop" se convirtieron en clásicos referenciales para todo grupo que quiera combinar el dance y el rock. "Made Of Stone" y "(Song For My) Sugar Spun Sister" son quizá las canciones más pegajosas del álbum y tienen una estructura interesante detrás de su aparente simplicidad.
Y es que The Stone Roses era eso, una caja de pandora. Detrás de la aparente simplicidad de estos chamacos, se encontraban los músicos más brillantes de la década, que con tan sólo dos discos en su haber, dejaron un legado indiscutible. ¿No lo creen? Tan sólo escúchenlo. Eran los mejores, los icónicos, los más arrogantes, los más egocéntricos... Y de verdad querían ser adorados.
Pero ahora pasamos al otro lado del charco. Ya conocemos la historia: Nirvana tuvo a su Pixies, su musa. Si miramos hacia el movimiento Britpop de los 90s (sí, esa época en la que tenías que decidir qué grupo escuchar, si Oasis o Blur [yo hasta la fecha prefiero Pulp]), podríamos preguntar de dónde carajos salió todo este rollo. La respuesta está aquí, Ian Brown, su pelo de Beatle, sus pantalones bombachos y su arrogancia justificada.
¿Quién chingados es este? ¿Cómo se atreve a decir frases como "I don't have to sell my soul/He's already in me"? ¿Es ese flacucho la resurrección de la invasión británica? ¿Por qué clama tanto que lo adoremos y que nos postremos ante él? Escucha el fade in de "I Wanna Be Adored", la canción abridora de su disco debut y todo quedará resuelto, sus líneas de bajo son posiblemente las más fuertes y abrieron puertas a la década de los 90: Bienvenido seas, Damon Albarn; bienvenidos sean hermanos Gallagher; bienvenido seas Jarvis Cocker; bienvenido seas Brett Anderson.
¿En qué consiste The Stone Roses? La base de todo está en el bajo, como en las verdaderas bandas de rock. El álbum, es una rocola de éxitos, cualquier canción pudo haber sido un #1. Cualquier canción se te queda grabada en la cabeza y cuidado, el tarareo es inevitable. Y ahora vuelven con la versión remasterizada con un sonido impecable. Los amantes de Rock Band ya habíamos tenido una probadita cuando incluyeron en las canciones extras "She Bangs The Drums", pudimos escuchar y simular que tocábamos el memorable riff de ese clásico, y se escuchaba espectacular. Pues ahora puedes escucharlo completito. Puedes subirle el volumen a todo lo que da en "This Is The One" y en famosísimo y sublime jam de "I Am The Resurrection".
La importancia icónica del álbum es remarcable. "Fools Gold" se convirtió en la canción gangsteril por excelencia y "Waterfall" junto con su secuela "Don't Stop" se convirtieron en clásicos referenciales para todo grupo que quiera combinar el dance y el rock. "Made Of Stone" y "(Song For My) Sugar Spun Sister" son quizá las canciones más pegajosas del álbum y tienen una estructura interesante detrás de su aparente simplicidad.
Y es que The Stone Roses era eso, una caja de pandora. Detrás de la aparente simplicidad de estos chamacos, se encontraban los músicos más brillantes de la década, que con tan sólo dos discos en su haber, dejaron un legado indiscutible. ¿No lo creen? Tan sólo escúchenlo. Eran los mejores, los icónicos, los más arrogantes, los más egocéntricos... Y de verdad querían ser adorados.
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